sábado, 11 de octubre de 2008

MANUEL NÚÑEZ BUTRÓN


MANUEL NÚÑEZ BUTRÓN
(1900-1952).
José Neyra R*
El 1º de enero de 1900 veía la luz en el pueblo de Saman, localidad situada al extremo sur de la provin­cia de Azángaro en Puno, el que habría de ser el pionero de la atención sanitaria y de la atención prima­ria en el país. Nos referimos a Manuel Núñez Butrón a quien todos los profesionales de la salud y en particu­lar los sanitaristas debemos muchos de los conoci­mientos que tenemos.

Trataremos de hacer una síntesis de su corta vida pues muere en Juliaca, en su querido Puno el 7 de diciem­bre de 1952 en pleno apogeo de su vida y cuando era más necesario que nunca para nuestra Salud Públi­ca. Sus restos reposan en el Cementerio de Caima, en Arequipa.

Sus estudios primarios los realizó en Juliaca; los se­cundarios en el glorioso Colegio Nacional de San Carlos en Puno. En 1918 hizo sus premédicas en San Agustín de Arequipa y luego viaja a Lima para matri­cularse en la Universidad Mayor de San Marcos al pri­mer año de Medicina. Le sorprende la Gran Revolu­ción Universitaria del 19, tan bien relatada por don Juan Francisco Valega, que era de la promoción médica de ese año y con el cierre de la Universidad se ve obliga­do a emigrar a España para continuar sus estudios en Barcelona donde obtiene el título el siete de marzo de 1925. Regresa al Perú y revalida su título de médico cirujano el cinco de septiembre del mismo año en nues­tra Facultad de San Fernando.

Trazo escuetamente los estudios de Núñez Butrón, porque lo que más interesa remarcar es su obra sani­taria. Regresando con su título a Puno, observa la po­breza, la ignorancia y la miseria de la raza indígena que vivía casi sin ninguna atención sanitaria. Núñez Butrón se propone aliviar esta situación y es así como enseña a sus paisanos las elementales medidas de higiene, a usar el jabón, el baño, la limpieza.

Le tocó vivir una época de gran trascendencia como el despertar del indigenismo, las enseñanzas en la es­cuela de José Antonio Encinas, un maestro a carta cabal, todo lo cual impulsó a Núñez Butrón a crear un indigenismo pragmático privilegiando el cuidado de la salud.

Es así como en 1933 crea la primera brigada sanitaria en Isla, una comunidad cercana a Juliaca «para mejo­rar la situación del indio diezmado por el tifus y la vi­ruela, intoxicado por el alcohol y la coca, sumido en la ignorancia y explotado por el hacendado, el gamonal y el tinterillo» dice Bermejo.

Formó sus Rijcharis (Despertadores) que eran como sanitarios o promotores de salud reclutados entre los mismos indígenas y así nace sus doctrina El Rijcharismo, cuyo símbolo era el agua pura, el jabón, el lápiz, el cuaderno. Esta doctrina fue el anticipo de lo que fue después la atención primaria de la salud que obtuvo su carta de ciudadanía en Alma Ata en 1978 y donde David Tejada llevó la ponencia peruana.

Dentro de su obra infatigable debo mencionar tam­bién la fundación del periódico «Runa Soncco» (Cora­zón de indio) y cuyo primer número salió el 28 de abril de 1935, año de la fundación del Ministerio de Salud. Desgraciadamente solamente se publicó hasta el número 10 el 24 de junio de 1948. El Runa Soncco era prácticamente una cartilla sanitaria escrita con lengua­je sencillo para que pueda ser entendido por los natu­rales.

Y así sería interminable relatar toda la obra formidable de este gigante de la ciencia y de la sanidad rural. Se le ha rendido homenaje después de sus muerte, pero no tantos ni con tanto esplendor como se rinden a lidercillos, pero para los que sabemos apreciar la tre­menda obra de este puneño reconocemos que ha sido el verdadero pionero de la Sanidad, no solamente ru­ral, sino de la Sanidad Peruana.

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